sábado, 28 de abril de 2012

Manual para los tristes

Cada día era igual que el anterior. Levantarse triste, desayunar triste y todo igual; hasta aquel momento. De repente te girabas, sin motivo alguno y todo dejaba de existir. La tristeza, la apatía, la soledad. Solo quedaba tu sonrisa, a veces solo con los ojos, a veces con los labios. Solo por eso valía la pena. Aunque te escondieras tras el brazo. Aunque estuvieras riéndote de mi. Aunque todo fuera una broma tuya. Pero me daba igual. Seguramente no significara nada para ti, pero era mucho para mi. En aquel momento por fin era feliz. Y quería seguir siéndolo. Ojalá. Y aquí estoy, sobre la cuerda, por una simple sonrisa. Pero aún así no se como realmente eres. Me sorprendes cada vez que te veo.

viernes, 27 de abril de 2012

Manual para los fieles

- ¿Sabes que por mucho que observe tu rostro siempre acabas sorprendiéndome? Memorizo cada rasgo y, cuando los evoco, acentúo aún más tu belleza; afilando tu perfil, redondeando tus labios, ondulando tu pelo, remarcando cada arruga que aparece en tus mejillas cuando sonríes o intentando hacer más inverosímil el color de tus ojos; pero aún así no llego a imaginarte cómo realmente eres. Me sorprendes cada vez que te veo.


Somodgy

domingo, 22 de abril de 2012

Sueño raro (2)

Hoy he tenido un sueño de esos raros de cojones.

Bueno, el caso es que me levantaba un día para ir a la facultad y veía a lo lejos en el cielo como una especie de tela cubriendolo, y se iba acercando. Cuando ya estaba cerca veía que la movían miles de helicopteros y era enorme, cubría todo el cielo y no se veían los bordes. Me daba cuenta de que no había ni luz ni agua ni telefono ni nada y no podía llamar a mi madre para decirle que trajera el coche. Ya tenía la tela encima y cubría todo, se formaban nubes debajo de ella y parecía como un día nublado pero mucho mas oscuro de lo normal, con apenas luz. Entonces intentaba huir y me encontraba con más gente, todos estabamos huyendo, pero la tela siempre iba más rápido. Había una zona que estaba electrificada y por la que no podíamos pasar y había gente que se electrocutaba, no se por qué, solo la gente que pasaba con armadura metálica no se electrocutaba, asi que me ponía una y pasaba. Después llegaba a una mansión de esas con mayordomo incorporado y no se por qué la gente de la casa me perseguía, pero yo conseguía esconderme en una habitación en la que estaba el mayordomo, que decía que no me iba a delatar. Pero al final el dueño de la casa, que iba en coche, me encontraba, pero decía que me iba a ayudar. Y aquí se acaba el sueño.



miércoles, 11 de abril de 2012

Sal con un friki

Sal con un friki. Queda cualquier tarde para jugar al Wow con alguien que se gaste su dinero en libros o cómics en lugar de gafas de sol de marca. Alguien que siga creyendo en los finales felices de las novelas de aventuras, que muestre luz en sus ojos al hablar de la primera camiseta de Batman que cayó en sus manos cuando era un niño.

Encuentra a un chico al que llamen friki. Sabrás reconocerle porque suelen perderse en bibliotecas y parques, en Norma Cómics y en foros de internet donde aún se escribe usando todas las letras del abecedario. Suelen tener blogs donde hablan de sus pasiones, de sus sueños y sus ilusiones sin ningún pudor a mostrarse vulnerables, quizá usando algún seudónimo que garantice su anonimato. Pero no te preocupes; sabrás reconocerle en cualquier cafetería porque su tazas de café suelen ir acompañadas sobre la mesa por libros, comics, e-books o portátiles. Si te chocas con él caminando por la calle ten paciencia: su mente viaja más allá de lo que le rodea, y seguramente caminase soñando con otros mundos mucho más bonitos que el tuyo cuando se tropezó contigo.

No pierdas la oportunidad de conocerle más. Interésate por Kafka, por Tolkien, por George R.R. Martin, por Reverte, por Dan Simmons, por Cels Piñol, por Humberto Ramos, por las series de la HBO. Respeta su silencio mientras pierde su mirada entre párrafo y párrafo, y escucha atentamente sus discursos entusiastas y acalorados acerca del último capítulo de The Big Bang Theory. Aprende a compartir su atención, puesto que es imposible luchar contra esa parte de él mismo que le hace diferente. Únete a sus pasiones. Pregúntale si prefiere ser un Stark o un Lannister, y diviértete sintiéndote cómplice de sus sonrisas.

Es muy fácil salir con un friki. Regálale libros por su cumpleaños, pijamas manchados de sangre de zombi por Navidad, relojes en código binario por vuestro aniversario. Comprobarás que, a pesar de tener preferencias materiales exóticas, es detallista y romántico. Se empeñará en convertir vuestra historia de amor en una fantasía épica en la que no faltarán enardecidas batallas con deliciosas consecuencias y celebraciones por todo lo alto para los héroes vencedores. Te mimará sobremanera y te recordará como Spartacus a su musa cuando estéis separados; en su mente tan sólo hay una Sura digna de su corazón. Serás su más preciado tesoro. Su Penny. Su Princesa Peach. Su Leia.

Pónselo difícil. Ha aprendido junto a sus personajes protagonistas favoritos que las mejores recompensas llegan después de los más duros esfuerzos, que no hay belleza en lo fácil. Luchará por ti hasta llegar a ese capítulo en el que le entregues tu corazón, porque sabe que merecerá la pena. Como cuando tuvo que pasarse un escenario entero matando bichos con un cuchillo hasta llegar a la preciada escopeta.

No tengas miedo de equivocarte. Todos se equivocan, y él más que nadie lo ha vivido en esos giros argumentales en los que la razón del narrador se pierde por algunas páginas y todo vuelve a su cauce, al cabo de otras tantas. Sabe que las princesas de los cuentos a veces ponen a prueba a sus héroes y quizá no necesiten ser salvadas, como Lara Croft. Que tú, igual que Daenerys o que Lisbeth Salander, puedes quemar como el fuego cuando te enfadas, pero que tras tus ardientes emociones se esconde un gran corazón que le quiere. Que si guarda su cariño igual que guarda las partidas, siempre podrá volver a intentarlo si su Prince of Persia cae al vacío.

Si te ganas a un friki, mantenlo cerca. Acostúmbrate al olor a libro viejo, a encontrarte figuritas en miniatura amontonadas por cada rincón de vuestra casa. A tropezarte con peluches de Cthulhu entre las sábanas cuando te acuestes, y despertarte con un chico gritando entre sueños "NOOO PUEDEEES PASAAAAR" a tu lado, a media noche. No encontrarás mejor compañero de domingos por la mañana, cuando te sientes en la terraza a leer tu revista favorita y él te acompañe tumbándose a tu lado con una paz infinita a leer Sandman. Aprenderás lo hermoso de los silencios compartidos, la maravilla de reconocer sus emociones de Peter Pan con sólo una mirada.

Vuestra casa no se inundará con el clamor del fútbol las noches de mundial, pero sí con el estruendo de los persas luchando contra los espartanos, o de los escoceses alzando la voz y pidiendo libertad. Con la banda sonora de Sweeney Todd. Con la musiquilla que suena cada vez que aparece el malo del Monkey Island.

Te pedirá matrimonio en un escenario que le recuerde al amor. Con suerte será en París, o en Roma, o en un bosque frondoso y vivo, o bajo un cenador cuajado de jacarandas. Pero no te asustes si se arrodilla frente a ti en un hotel encantado, o jugando al Paintball, o en una selva que se asemeje a la Cuenca de Sholazar, o en un taxi recorriendo la ciudad con una lista de las mejores fiestas, o en una granja de Texas, o visitando los escenarios hawaianos donde se rodaron escenas LOST. Nada es previsible con él, igual que ocurre con las buenas novelas.

Serás tan feliz a su lado que te sentirás como Scully y no recordarás cómo era tu vida antes de conocer a Mulder. Les leerá cuentos a vuestros hijos. Incluso mejor: se los inventará. Hará de la infancia de los niños algo hermoso y divertido, y prescindirá de objetos materiales y perecederos para entretenerles siempre que le sea posible. Les enseñará a soñar, a imaginar, a pintar la vida de colores mágicos. A decidir por ellos mismos. A no perder el rumbo que guía sus barcos hasta la isla del tesoro. A creer en la amistad.


Envejecerá a tu lado y te seguirá viendo siempre hermosa. Sabrá mirar más allá de la piel y te amará toda la vida a pesar de tus defectos o, quizá, precisamente por ellos. Nunca dejará de ser un niño con mirada de cachorrillo y te acompañará en tus paseos tranquilos hasta que se le agoten los corazones de la barra de vida.

Sal con un friki porque te lo mereces. Te mereces a alguien que pueda darte la vida más emocionante y divertida posible. Si tú te quedas en la superficie, si te importa el qué dirán y no eres capaz de valorar lo que de verdad importa y le da autenticidad a la existencia, quizá estés mejor sola. Pero si quieres el mundo y todas las sagas que le sucederán... sal con un friki.


O mejor aún. Sal con un friki, como tú.

Original: UNA DE RIZOS